Rincón del conocimiento

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Desde La Oficina de la Mujer, buscamos pensar, discutir, deconstruir conceptos culturales arraigados y naturalmente incorporados en nuestra estructura y forma de ser y pensar que hacen, sin duda alguna, a nuestra educación y cultura.

Desde ese lugar, observamos ciertas emergencias, tales como la violencia de género y la máxima expresión de ésta, los femicidios, cuyo germen se encuentra de manera capilar en nuestros usos y costumbres cotidianos.

Nuestra idea es compartir textos que nos ayuden a pensar estos temas desde diferentes perspectivas y modos de abordaje. Tener en cuenta los modelos explicativos que establece cada ciencia, y realizar cruces epistemológicos entre las distintas disciplinas. ¿Cómo las relacionamos y cómo se retroalimentan?. Fundamentalmente el derecho, el modo como la ley funciona – no sólo desde su aspecto punitivo sino nominativo- y cómo dialoga con otras ciencias, así como la condición de nosotros, operadores de justicia, sujetos culturales que abordamos las situaciones según nuestras cosmovisiones.

Los textos responderán a distintos tópicos y estamos abiertos a los aportes y solicitudes que ustedes pudieran hacernos.

Bienvenidos/as a este rincón del conocimiento.

Trastornos de Alimentación en mujeres adultas.

Ana es una veinteañera presumida. Aparece a primera hora de la mañana impecable. Puntual y perfecta. Luce coordinados todos los detalles de su ropa, los zapatos, el bolso, los

pendientes... Maquillada de forma excesiva para su edad, quizás es el primer detalle que relata su enfermedad. Ana Serrano no sabe lo guapa que es. Fue una niña estudiosa y responsable. Pero, además, quería ser la mejor en todo, también quería ser la más delgada. Es guapa por dentro. Lo transmite su sonrisa y el brillo de sus ojos, atentos a los detalles, pidiendo cariño, ofreciéndolo. Habla con pasión y espontaneidad. Quiere ser mayor y que la vida no la asuste.

«Hice la primera dieta para el día de mi primera comunión. Tenía ocho años. La hice para estar guapísima ese día. Fue mi primera visita al infierno del hambre. Primero llegó la anorexia, después, la bulimia”. Comienza Ana su relato, su dolor. Como en tantos otros dramas sufridos por las mujeres, dolor gratuito, sólo por ser mujer. (Testimonio vertido en el libro de Ana Varela “Feminismo para principiantes” Cap. 11: El Cuerpo de las mujeres) Leer más

A comienzos de los años noventa, la joven feminista estadounidense Naomi Wolf publicó un libro revelador titulado “El mito de la belleza”. En él afirmaba que, una vez más, los éxitos del feminismo habían desencadenado una fuerte reacción: junto a la ola conservadora que se expandió por el mundo, otra arma política se esgrimió específicamente contra las mujeres: el mito de la belleza. Sostuvo que, al liberarse las mujeres de la mística de la feminidad y de la domesticidad, el mito de la belleza vino a ocupar su lugar para llevar a cabo su labor de control social: era la reacción contra la libertad sexual y la reapropiación del cuerpo por parte de las mujeres, territorio conquistado y arrebatado hace siglos. Y en el ámbito de la economía, este mito creó otra enorme bolsa de consumo.

El mito de la belleza prescribe una conducta y no una apariencia: lo más importante es que la identidad de las mujeres debe apoyarse en la premisa de la belleza, de modo que se mantengan siempre vulnerables a la aprobación ajena, dejando expuesto su amor propio.

Explica Germaine Greer en su libro “La mujer completa”, cómo funciona esa perversa relación entre belleza, salud, autoestima y codicia capitalista en lo que se refiere a las mujeres. Expone que toda mujer sabe que por muchos que sean sus demás méritos, no vale nada si no es guapa o atractiva o aparenta serlo. Aunque sea extraordinariamente hermosa, jamás será suficientemente bella. Siempre habrá alguna parte de su cuerpo que no dará la talla. El Trastorno de Dismorfia Corporal (TDC), que en un hombre se considera una conducta patológica, se le exige a una mujer. La industria de la belleza gana muchísimo dinero gracias al disgusto, atentamente cultivado, que sienten las mujeres por sus propios cuerpos.

Maureen Salamon, editora ejecutiva de la revista “Harvard Women’s Health Watch”, publicó, en diciembre de 2022, un interesante artículo sobre los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) en mujeres de mediana edad que resumimos a continuación:

La anorexia, la bulimia y el trastorno por atracón no sólo son cosa de adolescentes y afectan a más mujeres de mediana edad y mayores de lo que pudiéramos pensar.

Según un estudio de 2019 en la revista médica “JAMA Network Open” a los 40, una de cada cinco mujeres ha lidiado con un trastorno alimentario, el doble de la proporción identificada para mujeres a los 21 años. Muchos de estos casos probablemente sean la reaparición de un comportamiento que ha pasado desapercibido durante años, dice la Dra. Holly Peek, directora médica asociada del Centro de Trastornos Alimentarios Klarman en el Hospital McLean, afiliado a Harvard. Muchas mujeres con trastornos alimentarios en los 40 han tenido el problema durante la mayor parte de sus vidas y están pasando por momentos vitales importantes muy diferentes a los de una adolescente o una mujer joven; quieren seguir siendo competitivas en el trabajo –donde la delgadez puede asociarse a la juventud– o reaparecer socialmente después de un divorcio, quedarse viuda o una vez se marchan los hijos de casa.

La importancia de la imagen corporal parece ser una característica clave que hace que las mujeres retomen o inicien un trastorno alimentario, afirma la Dra. Bettina Bentley, médico de atención primaria de los Servicios de Salud de la Universidad de Harvard. A muchas mujeres les asusta los cambios que experimenta el cuerpo a esas edades, los cambios hormonales que apareja la menopausia pueden aumentar los riesgos de trastornos alimentarios. Se sabe que el estrógeno desempeña un papel en el desarrollo de un trastorno alimentario en ambos extremos del espectro de edad, aunque no se sabe el por qué, dice la Dra. Peek. Las mujeres durante la menopausia son más propensas a aumentar de peso, y pueden sentir que su cuerpo no les acompaña.

Los trastornos alimentarios que se mueven entre lo normal y lo problemático también son muy frecuentes, más que los trastornos alimentarios diagnosticados, y se arrastran hasta la edad adulta. El estar continuamente a dieta, centrándose en una alimentación muy sana, o pasando horas en el gimnasio, son comportamientos que pueden llegar a acentuarse con la llegada de la menopausia y los cambios en el cuerpo.

Aunque la anorexia suele ser menos común después de los 26 años, la bulimia sin embargo alcanza su punto máximo cerca de los 47 años, según un estudio de noviembre de 2017 en la revista «International Journal of Eating Disorders». El trastorno por atracón es el trastorno alimentario más común en adultos y suele seguir siendo un problema para mujeres de hasta 70 años.

Los TCA pasan factura, aunque no sea visible para los demás. Suelen darse carencias de algunos nutrientes, sobre todo hierro, vitamina B12, calcio y vitamina D, dice Margaret Schrier, jefa de nutrición de los Servicios de Salud de la Universidad de Harvard. La pérdida de peso extrema, las purgas y la desnutrición también pueden provocar otros problemas:

1- Pérdida de masa ósea. El riesgo de fractura ósea es siete veces mayor en alguien que ha tenido anorexia que en la población general, dice el Dr. Bentley.

2- Problemas cardíacos. Los niveles bajos de electrolitos debidos a los trastornos alimentarios pueden provocar latidos irregulares del corazón. Las mujeres de mediana edad también son más propensas a tomar medicamentos para enfermedades crónicas, lo que puede aumentar este riesgo.

3- Afecciones pulmonares. Los músculos del tórax se debilitan con el tiempo, sobre todo en las personas que se fuerzan repetidamente a vomitar. Esto aumenta el riesgo de neumonía.

4- Problemas gastrointestinales. El reflujo, la hinchazón, las náuseas, los vómitos, el estreñimiento o la diarrea pueden estar relacionados con un trastorno alimentario.

5- Diabetes. Las personas con trastorno por atracón tienen tasas mucho más altas de diabetes, probablemente debido a los frecuentes picos de azúcar en la sangre después de un atracón.

5- Insuficiencia cutánea. La mala cicatrización de las heridas y las profundas arrugas faciales son comunes en las personas con anorexia de larga duración, probablemente como reflejo del mal estado nutricional general.

Dejamos el link a un artículo de publicado en SOM Salud Mental 360o, una plataforma digital que busca ser un referente a nivel nacional e internacional en temas de salud mental para quienes deseen profundizar en el tema:

https://tca.som360.org/es/articulo/impacto-estereotipos-genero-mujeres-tca

Lactancia en los procesos de adopción. Lo socioafectivo y lo biológico en juego.

Del 1 al 7 de agosto, cada año se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, una iniciativa que busca fortalecer las medidas para proteger, promover y apoyar este derecho fundamental

La lactancia materna, como una de las funciones primordiales para el recién nacido/a, propicia un espacio íntimo y afectivo entre el/la bebé y su madre. En este sentido, cuando hablamos de filiaciones adoptivas, se vuelve a poner en jaque las tensiones entre lo biológico y lo socioafectivo - cultural Leer más

Desde el equipo técnico interdisciplinario del Registro de Adopción de Tucumán, abordamos la filiación adoptiva en función de una construcción vincular que resulte saludable y permanente para niños, niñas y adolescentes sin cuidados parentales. En este marco, es especialmente relevante considerar el grado de elaboración del duelo por el hijo biológico en aquellas personas cuya imposibilidad de concebir naturalmente las lleva a contemplar la adopción como proyecto familiar.

La experiencia en la temática nos ha mostrado como este duelo -que duele- impacta sobre el cuerpo de la mujer postulante a la adopción y en su frustración respecto a la capacidad de gestación y a la función nutricia de amamantar; vivencia que deja una sentencia silenciosa sobre el pecho (alimento) y el útero (continente). Una vez más, es la perspectiva de género la que nos invita a reflexionar sobre cuerpos reales, atravesados por mandatos y exigencias socioculturales.

La realidad de la adopción en nuestro país nos enfrenta a una demanda mayoritaria de familias que desean ahijar niños y niñas de 0 a 3 años, buscando quizá homologar lo adoptivo a lo biológico. Sin embargo, esta preferencia no coincide con la edad de la mayoría de los niños y niñas en situación de adoptabilidad, que suelen ser más grandes.

Lo anteriormente expuesto se vuelve especialmente significativo al considerar que la lactancia materna suele asociarse con la filiación biológica y con los primeros años de vida, lo que la distancia de la construcción familiar adoptiva.

En nuestra labor técnica cotidiana, realizamos el diagnóstico de una serie de capacidades parentales requeridas para postularse a ser ma-padres por adopción. Entre dichas capacidades se destaca la de establecer un apego adecuado, en tanto la habilidad de vincularse sin simbiotizarse y lo que permite, con el tiempo, un desapego progresivo.

Es importante tener en cuenta que la subjetividad de ese/a niño/a, que atravesó carencias y deprivaciones, se va a construir procesualmente a partir de la relación con el/la otro/a al que denominamos primordial. Observamos que el mandato de lactar, enfrenta a muchas mujeres al ideal de que amamantar es la única respuesta para la construcción de un apego saludable, cuando en realidad no lo es.

Por ello, como equipo de trabajo, no adherimos a la inducción forzosa de ninguna práctica que busque legitimar lo biológico como única alternativa de conexión amorosa y subjetivante. En la construcción filial adoptiva, este mandato ideal no solo invisibiliza a quienes maternan por fuera de la vía biológica, sino a las construcciones familiares integradas por varones, ya sea en formato monoparental o pareja igualitaria.

Celebramos las iniciativas, tanto del ámbito público como privado, que promueven y sostienen espacios destinados a garantizar el apoyo y las oportunidades para la lactancia materna, especialmente en grupos más vulnerables. Al mismo tiempo, invitamos a desplegar una mirada más realista, que reconozca que los vínculos trascienden los biológico y se constituyen, sobre todo, desde lo socioafectivo.

Para cerrar, citando a la escritora y periodista Yolanda Reyes en La Poética de la Infancia “... necesitamos ser nutridos, no solo con leche, sino con esas envolturas (historias, cuentos y poemas) que logran reunir a los que están llegando con los que llegaron hace tiempo y con los que ya se fueron”

Lic. Milay Correa y Lic. Elisa Aráoz

Les compartimos un pequeño relato sobre una gran historia : "Dos Papás y una sonrisa : Nuestra experiencia de adopción"

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¡Ojos abiertos al amor sano!. “Violencia en el noviazgo adolescente.”

Pensemos la adolescencia como una etapa de intensa búsqueda de identidad, vulnerabilidad emocional y fuerte influencia del grupo de pares; ésta dinámicas pueden manifestarse con particular intensidad, una gran dificultad de regulación emocional y el control de impulsos.

Escribo desde la observación, escucha y mirada diaria, las cuales, con bastante claridad, exponen realidades de violencia verbal, física, psicológica y digital como forma de comunicación entre pares adolescentes. Ante la necesidad de ser aceptado y amado, el adolescente, muchas veces, puede verse llevado a confundir el “amor”con algunos tipos de violencia sin reconocerlas como tales o aceptándolas por miedo a no ser integrado o a perder la relación. Leer más

La teoría del aprendizaje social es fundamental aquí: la exposición a la violencia, ya sea como víctima, testigo o perpetrador, puede normalizar esas conductas. La reproducción de los patrones aprendidos en el entorno familiar o social sumados a la baja autoestima, la inseguridad, los celos patológicos (a menudo desmitificados como “pruebas de amor”).

La violencia en el noviazgo adolescente es un problema social, psicológico y cultural que quizás no estamos atendiendo. Nos es difícil pensar acerca de éste tema en edades tan tempranas. Repensemos.

Entender las complejas dinámicas subyacentes, incluyendo la posibilidad de que las chicas sufran más victimización por control y agresión sexual, pero también declaren más perpetración de violencia de control y física, evidenciando la complejidad del problema.

Los adolescentes de 20 años para abajo en todo el mundo se enfrentan a tasas alarmantes de violencia de pareja, Cerca del 20% ha sufrido violencia física o sexual en el año, informa la agencia sanitaria de la ONU (2024).

“La violencia infligida por un compañero intimo empieza a una edad alarmantemente temprana para millones de mujeres jóvenes de todo el mundo”, afirmó la directora del Departamento de Salud Sexual y Reproductiva e Investigaciones Conexas de la OMS. Pascale Allotey agregó que la violencia durante éstos años formativos críticos puede causar daños profundos y duraderos, por lo que es necesario “tomarla más en serio como un problema de salud pública, centrándose en la prevención y el apoyo específico”. La violencia de pareja puede tener efectos devastadores en la salud, el rendimiento escolar, las futuras relaciones y las perspectivas de vida de los jóvenes.

Tomemos a la Sociología como una lente para analizar las estructuras sociales, las normas de género, los estereotipos y las desigualdades de poder que influyen en la aparición y perpetración de la violencia. La socialización diferencial por género es clave: roles tradicionales de masculinidad (dominio, agresividad) y feminidad (sumisión, pasividad) pueden crear un caldo de cultivo para la violencia. Factores como el nivel socioeconómico, el acceso a la educación y el contexto cultural más amplio modulan la prevalencia y formas de violencia.

Prima la necesidad de integrar las perspectivas de diversas disciplinas para vislumbrar formas efectivas del “cómo” contribuir a la prevención, ayuda y acompañamiento ofrecidos no sólo a la víctima sino también al violento.

Considerando la complejidad de la violencia en el noviazgo adolescente y su impacto en el desarrollo de las y los jóvenes, ¿qué acciones podemos llevar a cabo en nuestra vida cotidiana para fomentar relaciones saludables y prevenir éstas formas de violencia desde sus primeras manifestaciones?

Vale la lectura de los siguientes enlaces que compartimos

Las adolescentes se enfrentan a tasas alarmantes de violencia de pareja
Crece el porcentaje de adolescentes que son víctimas de la violencia de pareja

Metanoia o como hackear lo que hicieron con nosotras

¿Alguna vez sentiste que para ser aceptada en la sociedad debías ser guapa y lista? Y aunque lo logres, nunca es suficiente

Catherine Hakim plantea que las mujeres podríamos tener mayor espacio en la vida social si ademas de cultivar los conceptos sociológicos de capital económico, cultural y social, diéramos lugar y sacáramos provecho al capital erótico; dejando inscripto que las mujeres mas atractivas tienen mayores oportunidades. ¿No sería mejor dejar atrás el modelo de belleza hegemónica que nos impone el patriarcado, en vez de adaptarnos a él? Leer más

Pero es ahí, cuando la ola crece y parece semejar un tsunami, donde las fuerzas oscuras del adoctrinamiento refuerzan sus filas y apuntan a las más pequeñas.

El mercado entendió ciertas reglas del juego, ya no son tan redituables la cocinita tamaño miniatura, las tablas de planchar, las tacitas de té; ahora las niñas juegan a la pelota, se animan a deportes de riesgo, sueñan con una vida llena de viajes, con carreras profesionales creativas y exitosas donde no parece urgir la maternidad.

Como un fantasma que se esconde en las ranuras, ahí donde se inscriben nuestras inseguridades, el sistema y su demanda de consumo, cuelan sus nuevas propuestas de skincare para las más pequeñas, outfit sexualizados, botitas con tacos, polvos de hadas, maquillajes y accesorios destinados a exaltar la sensualidad; de este modo las niñas enfrentan a muy temprana edad, una creciente presión social por “encajar” en un ideal de perfección; un camino irremediable a futuras cirugías y retoques que debutarán como regalo de 15 o de egresadas, porque siempre se puede ser mas bella, joven y aesthetic.

¿Cuál es el límite del juego?¿Qué hay detrás de la cultura de la belleza?

La tendencia en redes conocida como “get ready with me” da lugar a rituales de bellezas en niñas de muy temprana edad, básicamente consiste en la realización de videos cortos exhibiendo rutinas de maquillaje y skincare antes de salir a un evento, o simplemente para ir a la escuela. En un comunicado reciente, la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), advirtió sobre los peligros asociados con el inicio temprano de una rutina de skincare, alertando sobre el impacto de las “influencers” de la Generación Alfa (menores de 13 años) sobre las más pequeñas. En este sentido, algunos productos incluyen disruptores endocrinos que pueden interferir con el sistema hormonal de las menores y causar desequilibrios durante su desarrollo, además del riesgo de dermatitis irritativa y dermatitis alérgica de contacto (DAC), así como otras numerosas reacciones alérgicas. Estas tendencias surgen en el marco de la creciente cosmeticorexia, un trastorno psicológico que se caracteriza por la obsesión y adicción a los cosméticos y procedimientos estéticos; el anhelo de eliminación de cualquier tipo de imperfección.

La construcción de una identidad libre de mandatos parece un terreno minado de trampas, pensar la belleza física como requisito ineludible de lo “femenino”, es una forma de pensarnos en nuestras contradicciones, de ver como el consumo de cánones estéticos, resulta ser un dispositivo útil y eficaz para reproducirnos inseguras, sumisas y a priori acostumbradas a una histórica violencia que se ejerce sobre nuestros cuerpos y nuestra psiquis

Escribo, aún, como víctima del mandato de feminidad que nos produce anestesiadas, dependientes y rotas. Escribo habiendo hecho todo lo que hay que hacer para encajar. Escribo también como estafada porque, a pesar de haber seguido los manuales, no alcancé la felicidad prometida. Escribo como okupa de este cuerpo que fue enemigo, repudiado, ajeno, extraño; como creadora de estos pensamientos incómodos, como esa que aún hoy, esconde el paso del tiempo de los espejos.

Escribo, desde la distancia de quien ya no deseo ser y al mismo tiempo desde mi propia miseria humana, lo hago de forma autorizada por las historias de miles de mujeres, idénticas a mí, que recién hoy aprendimos el significado del amor propio.

*Para quienes deseen ampliar la lectura recomendamos el Cap. 11: El cuerpo de las Mujeres del libro “ Feminismo para principiantes” de Nuria Varela -

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